jueves, 2 de diciembre de 2010

Pelotazos: la gente indolente sueña con cerrar un negocio rápido que les permita no volver a pegar golpe nunca más.



La verdad es que para tener éxito sólo hay tres vías ( y no garantizadas al 100%):
· Emulación. A partir del conocimiento de experiencias de éxito, se procede a la clonación de otras iniciativas que funcionaron.

· Combinación. Se procede a la elaboración de un nuevo proyecto que integra distintas iniciativas que han resultado positivas. Se busca la creación de sinergias entre el conjunto de ideas aplicables.

· Creación pura: sólo se produce por inspiración divina, o bien mediante un concienzudo análisis de los mercados y de los comportamientos de los consumidores.

La emulación y la combinación nacen viciadas por propia definición; generalmente las ideas originales proceden de otros entornos geográficos (básicamente estadounidenses) y no se tiene en cuenta las características de los mercados específicos. La emulación únicamente puede funcionar cuando se contempla un escenario global, referido a todo el planeta. Hay que observar que los grandes éxitos en Internet no contemplan el diseño de webs en distintos idiomas, sino exclusivamente en inglés (en su calidad de lengua franca en Internet) con independencia de si sus creadores son de una nacionalidad u otra. Las páginas web en distintos idiomas quedan reservadas a los exportadores e importadores que buscan operaciones concretas en entornos geográficos concretos; esas operaciones o negocios no tienen por qué realizarse en Internet, sino que la Red se utiliza como una herramienta de contacto sin más.

La creación en sentido estricto se desarrolla conforme a lo que se consigna en cualquier manual de marketing. Pero aquí la diferencia se encuentra en los requisitos de índole técnica que se deben contemplar para la implantación efectiva de la idea.

El mayor inconveniente para el desarrollo de ideas potencialmente exitosas viene dado por la masa crítica financiera necesaria para los procesos de investigación e implantación; no hace falta decir que únicamente las grandes compañías se encuentran en disposición de afrontar esos gastos. Receta, si no puedes luchar contra ellos, conviértelos en clientes tuyos.

Se suele confundir el verdadero significado de la expresión “pelotazo” referida a los negocios. Debido a los patéticos procesos de negocios vinculados con la política en los años 80, se asume generalmente que el término se refiere a ciertos tipos de acuerdos, extendidos en el tiempo, mediante los que un empresario, gracias a sus relaciones personales con prescriptores políticos, genera una asimetría en el mercado valiéndose bien de información privilegiada, fondos públicos, recursos humanos a bajo coste o las tres cosas a la vez. Sin embargo, el pelotazo es otra cosa; es un sueño de negociante aprendiz y más bien se clasifica dentro de la actitud que conocemos como “toma el dinero y corre”. El mercado se encuentra inundado de tentativas de “micropelotazos” que generan desconfianza a diestro y siniestro.

Para el público español, el máximo concepto de inversión segura sigue siendo el mercado inmobiliario. Es que no se enteran.
Pero los mercados sí.
Se trata de la economía PRODUCTIVA, imbéciles.

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