sábado, 20 de noviembre de 2010

ELEGANCIA




En el fondo, la elegancia consiste en una actitud. No tiene por qué estar relacionada con la moda ni con el dinero.
En más de una ocasión has oído decir de otra persona: “Es que Fulanito no sabe venderse”, lo que viene a significar que esa persona no sabe llamar la atención de los demás, o que si lo hace, los demás sólo ven sus defectos, pero no sus cualidades. Pues bien, del mismo modo que el marketing es  el conjunto de técnicas utilizdas para favoreer la venta de determinados productos, el marketing personal es la versión de las mismas técnicas, pero aplicada a las personas.  Entre todo el conjunto de recursos que el marketing personal pone a tu disposición hay uno que se llama elegancia, y en ocasiones, si se sabe utilizar adecuadamente, es fulminante tanto a la hora de seducir a los demás como cuando se quiere salir de una situación complicada, incómoda o sencillamente, que no nos interesa.
La granadina Eugenia de Montijo (quien llegó a ser emperatriz de Francia), tras asistir a una representación teatral protagonizada por la célebre actriz Matilde Díez, quien en la obra daba vida a una reina, regaló a ésta una valiosa joya en señal de admiración diciendo: “en recuerdo de una admiradora que la envidia mucho”. La actriz se quedó conmocionada y preguntó  que cómo podía ser eso posible, puesto que en aquel momento, Eugenia de Montijo era tal vez la persona más envidiada del mundo (aunque no le faltaban enemigos) a lo que Eugenia respondió: “Es que cuando usted hace de reina, siempre la aplauden, y a mí no”.
Es interesante ver aquí que la elegancia de la emperatriz (era la esposa de Napoleón III) se manifestó con sinceridad, buen humor y sobre todo, grandeza, que es el alimento de la elegancia. Lo curioso es que si nos fijamos bien, la elegancia no consistía aquí en la donación de la valiosa joya, sino en la sinceridad de la emperatriz. La moraleja que obtenemos de todo esto es que quienes tienen realmente grandeza no tienen que aparentarla. Simplemente la tienen. La elegancia viene a continuación. Al contrario, quienes no tienen elegancia ni la van a tener nunca, se pasan el día entero fingiendo que poseen más de lo que tienen y saben más de lo que han aprendido, de modo que antes o después los descubrimos, con lo que el decorado se viene abajo.

GUERRA DE DAMAS
Agustina Otero Iglesias, más conocida como la Bella Otero, fue uno de los más deseados símbolos sexy de la Belle Époque. Los caballeros pagaban fortunas a estas deminondaines sólo por tener el derecho de invitarlas a cenar en un restaurante de lujo (demimondaine significa algo así como “chica alegre”). La Bella Otero tenía una rival llamada Liane de Pougy, no menos evidente y promiscua. Ambas se detestaban la una a la otra, y por fin, llegó el momento de batirse en duelo.
Una confrontación entre dos mujeres tan irresistibles exigía la utilización de armas apropiadas, es decir, sus joyas. El enfrentamiento tuvo lugar en el Casino de París. La Otero se presentó cubierta de pies a cabeza por gemas de inestimable valor. Estaba deslumbrante, altiva, segura de su victoria. La Pougy no lució ese día ni una sola joya… pero hizo que las llevase su criada, la cual caminó detrás de ella en todo momento cargada de gemas y oros prácticamente desde la cabeza hasta los pies. La Pougy ganó por goleada. La opulencia no es elegante. La sencillez, sí.

viernes, 19 de noviembre de 2010

El poder de decir las cosas como son



Ser una buena persona está bien. Lo malo es cuando los demás se aprovechan de ello.
De vez en cuando nos encontramos con alguna amiga o amigo quien con rostro compungido y al mismo tiempo al borde de la rabia, nos dice cosas tales como: “¡es que todo el mundo me toma el pelo!”, “me han metido en un lío en el que yo no tenía nada que ver y ahora todos me atacan” o bien algo que es de lo más habitual: “¡han vuelto a abusar de mí!”.
Si abusan de ti una vez, no tienes por qué preocuparte. Hay gente pérfida que sabe aprovecharse de las personas honestas. Pero si tienes la sensación de que siempre terminan por abusar de ti, es que hay algo que va mal. Y lo que va mal es precisamente la forma en la que te relacionas con los demás.
[LAD]
¿Cómo me relaciono con los demás?
Todos emitimos señales que los demás captan. Esas señales se refieren a la nuestra forma de ser, nuestra “capacidad de aguante”, nuestra agresividad, tolerancia, paciencia o lo que sea. A veces emitimos esas señales con gestos y a veces lo hacemos con palabras. Piensa por un momento: del mismo modo en que tú eres capaz de interpretar esas señales que los demás emiten (estoy seguro de que puedes distinguir sin dificultad a una persona tímida de otra desinhibida, a una persona inteligente de otra a la que le faltan luces, a una persona sincera de otra falsa) los demás también “interpretan” esas señales que tú emites. Es lo mismo que cuando estamos viendo un programa “reality” en la tele, yo que sé, como Gran Hermano o cualquier otro, y entonces el realizador nos pone a cámara lenta una escena que antes nos parecía algo normal, pero que al verla detenidamente, vemos en los gestos del protagonista que donde parecía estar muy seguro de sí mismo, muestra debilidad, y donde creíamos que se mostraba como una persona bondadosa, ahora resulta que nos parece una especie de malvada alimaña al acecho. A lo mejor ha sido su mirada torva, o que parecía disimular, o acaso que emitía una expresión de odio. No importa qué es lo que fuese: los demás nos hemos dado cuenta de lo que en realidad sucedía.
Pues bien, si cada uno de nosotros emitimos señales de debilidad, los demás las advertirán. Lo que pasa es que serán los malos quienes se aprovechen de esa información para abusar de nosotros.  Y  la primera señal de debilidad que emitimos y de la que esos canallas se pueden aprovechar es la duda. Un ejemplo: te proponen hacer o colaborar en un acción que no es del todo justa u honesta (una mentirijilla, por ejemplo, o una broma pesada a alguien a quien en realiad aprecias, pero a quien no desarías someter a ningún tipo de humillación ni mucho menos);  a ti te basta con decir “no”, y sencillamente, pasar de ese tema. Pero muchas veces has notado lo difícil que era pronunciar ese no, ¿verdad? Te costaba llevar la contraria a esas personas que te estaban liando con algo que no querías hacer. Te costaba afirmarte en tu dignidad, en tu compromiso de honestidad. Y lo peor de todo, era que esas personas, no del todo honestas, se daban cuenta de tus dudas, de tu indecisión.
Vale, pues las indecisiones se han acabado. Y se han acabado para siempre. A continuación te decimos cómo.

No lo dudes
Podemos mostrar dudas acerca de un problema difícil, como por ejemplo, de matemáticas, o de la estrategia en un juego, o cualquier otra cuestión seria, como tal vez la forma de afrontar la muerte de un ser querido. Pero en lo que no podemos mostrar la menor duda es en aquello que tiene relación con la moral y con la verdad. Esa es nuestra verdadera fuerza, nuestro poder. Y nadie nos puede vencer cuando lo invocamos. Pero, ¿cómo hacerlo? Sólo hay un sistema: parafraseando lo que dicen aquellas personas que nos quieren manipular. “Parafrasear” significa repetir lo que la otra persona está diciendo, por ejemplo: alguien te pide que en el trabajo ocultes a un compañero una información importante, una información que podría resultar útil a ese compañero acerca de su permanencia en el puesto de trabajo. Tú en ese momento, como es lógico, dudas acerca de si sería bueno aceptar o no lo que te piden, porque es la parimera vez que te enfr3ntas a algo semjuante y no tienes experiencia, de modo que la persona que te lo pide se da cuenta de tu sorpresa, de tu indecisión. En ese momento, es esa persona la que va ganando y tú te encuentas en desventaja. Pero ahora parafrasea lo que te ha dicho: “Ah, comprendo. Lo que me pides es que colabore contigo para ocultar a nuestro compañero una información que le podría resultar útil para la conservación de su puesto de trabajo, ¿no es así?”. Verás que cuando lo haces como te digo, acabas de trasladar la duda a la otra persona y tú te conviertes de repente en una persona honesta que mantiene el control sobre la situación. La otra persona se queda sin argumentos. ¿Por qué? Porque has dejado claro de que acaba de comportarse de una forma deshonesta.
Aunque vivimos en unos tiempos extraños donde todavía queda gente que cree que la falta de honestidad no es un pecado, sino al contrario, una herramienta que conduce al éxito, lo cierto es que cuando los demás se dan cuenta de que tú no te dejas engañar, porque es precisamente tu honestidad la que se encuentra por encima de todo, te conviertes automáticamente en una persona invulnerable.
Y ahora, te lo creas o no, eres invulnerable siempre y cuando seas una persona honesta. Pero la honestidad no es, como nos sugieren algunos, una forma de debilidad. Es más bien todo contrario. Es el auténtico poder. El poder de dcir las cosas como son. Pruébalo. Serás más fuerte. Y te gustará.


Tres modelos típicos para aprovecharse de nosotros y cómo responder con la Técnica del Parafraseo.


SITUACIÓN
LO QUE NOS EXIGEN
NUESTRA RESPUESTA
Un compañero de trabajo se había comprometido contigo a realizar una parte de un informe en una fecha dada. Tú has terminado tu parte, pero el día anterior a la entrega acordada te dice que no ha terminado la suya.
“Oye, que no he podido terminar  mi parte del trabajo. ¿Te importa trabajar esta noche conmigo a ver si lo podemos terminar entre los dos?
“Me dices que no has terminado en el plazo aquello a lo que te habías comprometido y no me habías avisado con la suficiente antelación. Eres absolutamente responsable de todo lo que suceda a partir de este momento, pero compréndelo, no yo”.
Una persona a la que conoces desde algún tiempo, y a quien las cosas no le van demasiado bien, te pide que la avales para pedir un préstamo a un banco.
“¿No te importa prestarme un aval para un préstamo que quiero pedir en el banco?”
“M e estás pidiendo que te avale en la petición de un préstamo sin ofrecerme ninguna garantía. ¿es eso lo que realmente me pides? Dime por favor: ¿qué garantías me ofreces tú a mí?
Un amigo tuyo ha tenido una mala experiencia con otra persona, llamada Maribel, pero tú no sabes qué es lo que realmente ha pasado salvo por lo que te cuenta ese amigo.
“¿No te parece que Maribel es una sinvergüenza por lo que ha hecho?”
“Quieres que te diga que Maribel es una sinvergüenza porque tú crees que realmente lo es. ¿Podrías explicarme por qué exactamente Maribel es una sinvergüenza?



miércoles, 17 de noviembre de 2010

Distorsiones cognitivas: la nariz del camello o la impuntualidad como enfermedad



Son las ocho y cuarto de la tarde y estás a la puerta del cine esperando a una amiga que hace poco que conoces. Ya has sacado las dos entradas (la función empieza a las ocho y veinte) y tu amiga no aparece. Empiezas a inquietarte. La llamas al móvil y resulta que lo tiene apagado o sin cobertura, ya sabes. Pasan cinco minutos. La película ya ha empezado. Pasa un cuarto de hora. Llamas de nuevo al móvil de tu amiga y sigue sin dar señales de vida. ¿La habrá atropellado un camión? Piensas que no y, finalmente, entras en el cine con veinte minutos de retraso (porque antes has dejado la entrada de tu amiga en la taquilla y le has puesto un mensaje en el móvil dándole aviso de dónde le has dejado la entrada). Una vez en tu butaca, haciendo un considerable esfuerzo, consigues enterarte a duras penas de qué va el argumento de la película.

Lo peor está por venir: a la salida, con los brazos cruzados y una expresión amenazadora, casi terrorífica, está tu amiga, quien te espeta: “¿Y tú eres mi amigo? ¿Por qué no me has esperado?” Le das todo tipo de explicaciones, pero ella las rechaza una tras otra, como si tú fueses una especie de mentiroso compulsiva. Finalmente sentencia:

·      ¡Cuando una persona llega tarde a una cita en un cine hay que esperarla veintidós minutos!

Te quedas de piedra ¿Veintidós minutos? ¿De dónde ha sacado eso? Empiezas a considerar seriamente que tu amiga está chiflada.


Distorsión de la realidad
Puede que no esté bien de la cabeza o puede ser, sencillamente, que sea víctima de la denominada Distorsión Cognitiva. Llamamos así a las actitudes y creencias, que reinterpretan de forma distorsionada la realidad. Por el motivo que fuese, la persona que había llegado tarde fue pasando de forma progresiva a lo largo de los años desde los “cinco minutos de cortesía” a los diez, los quince y finalmente los veintidós minutos, que son los que los que supuestamente, según esa persona, debe esperarse a alguien cuando tiene lugar una cita.

Esta distorsión que acabamos de mencionar se llama “la nariz del camello” y proviene de un refrán árabe que reza así: “no permitas que la nariz del camello llegue a tocar la entrada de tu tienda. Si lo consientes, en poco tiempo el animal estará roncando tumbado a tu lado”. Son muchísimas las personas que son víctimas de este proceso. Por regla general, las personas normales nos fiamos de los datos objetivos y del sentido común, pero nunca faltan quienes se engañan con creencias que, a lo largo del tiempo, van exagerándolas poco a poco hasta que consiguen sacarnos de quicio a todos los demás.


Tabla estratégica para neutralizar a los distorsionadores de las ideas: los 3 modelos básicos

TIPO DE DISTORSIÓN
DESCRIPCIÓN
CÓMO PONERSE A SALVO
“O blanco, o negro”
Es el clásico tipo de “o estás conmigo o estás contra mí” (y eso es muy peligroso, porque te pueden poner en conflicto con otras personas).
-Escucha atentamente el razonamiento de la otra persona.
-Utiliza preguntas antes que aserciones, por ejemplo, ¿qué pasaría sí…” . Eso le obligará a pensar en algo distinto a lo que siempre piensa.
“Ya sé qué es lo que vas a decir”
Observa cómo se muestran impacientes mientras tú estás hablando y fíjate en las ganas que tienen de hacerte callar y repetir lo mismo que estaban diciendo.
-Escucha atentamente lo que dice la otra persona.
-No contestes inmediatamente.
-Haz preguntas que poco a poco demuestren a la otra persona que “no lo sabe todo”. No es necesario que tú des las explicaciones de lo que és: deja que se meta en su propio berenjenal.
-En el momento oportuno, haz esta pregunta: “¿cómo puedes saber qué es lo que te voy a decir?” (pero no lo hagas al principio; deja que el pez “muera por la boca”).
“La culpa la tienes tú porque no me entiendes”.

-Fíjate que, en el fondo, lo que te está pidiendo esa persona es que “la escuches”. 
-Mantente firme y muestra su carácter en todo momento, pero no afees a conducta de la otra persona.
-Deja que vaya descrubiendo por sí misma sus contradicciones: hazla hablar y de vez en cuando muéstrale que, en efecto, le estás dejando hablar.


martes, 16 de noviembre de 2010

¿Cómo estás? Un fulgurante y práctico test matutino:



La mayor parte de las veces nuestro estado de ánimo nos sorprende. Es como si nuestro organismo no tuviese vida ni emociones propias. Evidentemente se trata de una falacia.
Mira el esquema: piensa en qué escalón estás ahora mismo. No te plantees cómo llegar al que está más alto. Un solo peldaño es suficiente. Y si subes a ese siguiente peldaño, lo que habrás hecho sólo puede ser definido con esta palabra: éxito.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Mi amiga Ana Molina saca nuevo libro: “Muévete”. 130 consejos prácticos para tomarse la vida de otra manera.




Una elegante, práctica  y original edición en Robin Book. Una muestra:
“No se trata de decir a todo que sí (…). Pregúntate: ¿qué me aporta esta situación o esta persona? ¿Qué puedo aprender de todo esto?

domingo, 14 de noviembre de 2010

Más allá de la comunicación humana: el fabuloso proyecto interplanetario Voyager.



El que una idea sea sencilla en su planteamiento no significa que su ejecución también tenga que serlo. “Una nave espacial que lleve un mensaje más allá del Sistema Solar” es algo relativamente fácil de comprender, pero la construcción del ingenio resulta algo más complicado… y el conseguir dinero para ponerlo en marcha, todavía lo es más.

Las sonda espaciales Voyager  fueron lanzadaa a principios de la década de los setenta del siglo pasado y abandonaron el Sistema Solar veintiséis años más tarde, en 2003, para realizar su viaje interestelar hacia Proxima Centauri, la estrella más próxima al sol, que se encuentra a 4,3 años luz.




Lleva consigo un mensaje del planeta Tierra ante la posibilidad de que el ingenio llegue a manos (o tentáculos, nunca se sabe) de seres extraterrestres. ¿Cómo se las arreglaron los ingenieros de la NASA para convencer al Gobierno, militares y empresarios de que aquello era una idea sensata?
Un proyecto complejo exige ser expuesto con mayor sencillez que uno sencillo. De igual forma, un proyecto sencillo hay que dotarlo con cierta complejidad para no disipar la atención de los públicos objetivo. En la exposición de un proyecto tan complejo con el del Voyager, lo primero que haríamos para mostrarnos persuasivos sería identificar mensajes-clave para cada uno de los públicos a los que nos interesa convencer. Y eso fue precisamente lo que hicieron los responsables de la promoción del proyecto.
Los ingenieros del proyecto se basaron en la idea de absorber energía de Júpiter para lanzar las naves al espacio exterior… es decir, el método que tres años antes se siguió en la película 2001 Una Odisea del Espacio. El ser humano, cuando utiliza su imaginación en lugar de la garrota es sencillamente maravilloso.
Ambas naves espaciales llevan consigo un disco de cobre con una selección de hora y media de duración de música proveniente de varias partes y culturas del mundo, saludos en 55 idiomas humanos, un saludo del Secretario General de las Naciones Unidas y una mezcla de sonidos característicos del planeta. También contiene 115 imágenes donde se explica en lenguaje científico la localización del Sistema Solar. En 2006 la sonda Voyager abandonó el Sistema Solar. Actualmente se encuentra a una distancia de 100 Unidades Astronómicas (a más de 15.000 millones de km del Sol).
Los científicos de la NASA siguen recibiendo datos de los Voyager a través de la red del espacio profundo DSN (Deep Space Network). Las señales que se envían desde MDSCC (Madrid Deep Space Comunication Complex) hasta la nave Voyager 1 tardan más de un día, a la velocidad de la luz, en ir y volver. Mientras tanto, las naves se siguen alejando, internándose en el espacio profundo. Se espera perder el contacto en algún momento a partir de los próximos cinco años.

sábado, 13 de noviembre de 2010

El aburrimiento: aquel sueño inalcanzable de antaño.


A lo largo de los siglos el ocio ha sido un sueño inalcanzable para la inmensa mayoría de nuestros antepasados, sometidos como estaban a duras, continuas y abusivas tareas de todo tipo. Hoy en día, en cambio, dentro de este contexto social que hemos bautizado como Sociedad del Bienestar, el aburrimiento se ha convertido en una de las mayores amenazas para nuestra salud física y mental. Cuando nada sucede, el tiempo se desliza con pesadumbre, mientras cada tic tac del reloj fulmina un fragmento de la vida de quien lo padece. Piensa en esto: ¿qué expresión utilizamos para describir una situación de aburrimiento al máximo nivel? Ésta: un aburrimiento mortal. Y es que precisamente, la unidad de medida de la vida es el tiempo. Cuando nos aburrimos, despilfarramos el tiempo, despilfarramos la vida.

viernes, 12 de noviembre de 2010

HABER ZI EZCRIVIMOZ CORRESTAMENTE (y parte II)



11. Pasar de lenguaje coloquial.
12. Las metáforas chirrían más que una tiza en la pizarra.
13. Evitar signos ajenos al idioma & barbarismos & slang.
14. Las exageraciones son un millón de veces más peligrosas que todos los demás defectos de redacción.
15. Ser exhaustivos con los detalles y todo eso.
16. Ser concisos y no divagar. La concisión constitu­ye por sí misma un elemento de comunicación de pri­mer orden, ya que facilita la comprensión de los diversos contenidos semánticos incorporados en el texto, los cuales, por su propia razón de ser, dan a entender lo que el emisor del mensaje (al que llamaremos «A») tra­ta de comunicar al receptor del mensaje (al que llama­remos «B»). En el proceso de transmisión del mensaje, empero, hay que tener en cuenta que pueden produ­cirse los denominados ruidos de transmisión, consis­tentes en circunstancias, acciones, omisiones, etcétera, de muy distinta índole, que se caracterizan, podríamos decir que en la totalidad de los casos, por una interrupción, total o parcial del proceso de la comunica­ción que se pretende entre «A» y «B»...

Y así veinte folios más.

jueves, 11 de noviembre de 2010

HABER ZI EZCRIVIMOZ CORRESTAMENTE (parte I)



l. Evitar infinitivos.
2. Nada de frases entrecortadas. Nunca.
3. Prescindir de los subrayados.
4. No meter condicionales al final de las frases si fuese posible.
5. No usar paréntesis (sobre todo si no son rele¬vantes) en ningún caso.
6. Procurar ser más o menos concreto.
7. ¿Para qué escribir preguntas retóricas?
8. Ir directo al grano y no usar frases hechas.
9. Recordar, como dice Noel Clarasó, que «el abuso de citas denota ignorancia».
10. Las comparaciones son tan malas como las frases hechas.

martes, 9 de noviembre de 2010

Serendipia: situación feliz e inesperada. Mi inaudita experiencia de hace dos días.







Aunque ya sé que muchos lo sabéis, diré aquí que el término “serendipia” proviene de un cuento persa llamado “Los Tres Príncipes de Serendip”. El resumen el cuento es éste: los tres príncipes son unos  chicos jóvenes extraordinariamente inteligentes, aunque su inteligencia, debido a una serie de acontecimientos fortuitos, termina por acarrearles la pena de muerte. A pesar de ello, un nuevo y repentino golpe de fortuna hace que finalmente sea reconocida su sabiduría y terminen por ser nombrados ministros por el Emir de Kandahar (por cierto, la mecánica del cuento se parece en gran medida al esquema de  “Los crímenes de la calle Morgue”, de Edgar Allan Poe, pero dejemos esto aparte).
Un intelectual del siglo XVIII, Horatio Walpole, cuarto conde de Orford, inventó el término “serendipity” inspirado en el cuento, para referirse a la dicha de poder participar en un acontecimiento feliz e inesperado. La serendipia tiene un carácter misterioso, aunque entrañable, desconocido, no obstante feliz, desconcertante, y a la postre, gratificador.
Y eso es precisamente lo que me ha sucedido tres veces seguidas a lo largo de mi paso por Málaga el miércoles de la semana pasada.

1)     Yo tenía que dar a las 11:00 una charla en la facultad de empresariales en la Universidad de Málaga, de modo que ahí me tenéis en el Ave de las 07:35, rayando el amanecer, repasando la conferencia…

2)     A eso de las 9:30 de la mañana, mi partner Juan Quesada me envía un correo pidiéndome una información sobre el contenido de un seminario para la semana siguiente. Le contesto.

3)     A las diez y algo llego a Málaga, pillo un taxi y le digo que me lleve a la Universidad, Campus de Teatinos. Llego,   pago, bajo, y al hacerlo, me doy cuenta de que estoy a 2 km de distancia de la facultad de Económicas (el campus es enorme). Glub. Faltan 20 minutos para la conferencia y llamo a los organizadores pidiendo socorro. Dicen que van a buscarme. Estoy al otro lado de la avenida donde se encuentra la facultad de Derecho y recuerdo que fue ahí, precisamente, donde bastantes años atrás di otra conferencia sobre una población de Alabama, Estados Unidos, donde una plaga de gorgojo liquidó todas las plantaciones de algodón. Los habitantes del condado se sumieron en la miseria: cero algodón, cero supervivencia.Pero pensaron que había otros cultivos posibles en los que el bicho no estaba capacitado para hacer de las suyas: el cacahuete. En la plaza mayor de la capital del condado, Enterprise,  hay un monumento dedicado al gorgojo que los sumió en la miseria. ¿por qué? Porque les aportó una riqueza descomunal: la pasta de cacahuete (lo que en América llaman “maní”). Nunca volvieron a plantar algodón. Es un tótem, como el fundador pionero de Springfield, de la serie Los Simpsons o algo así.
Mis recuerdos se desvanecen cuando Juan me vuelve a enviar otro mail acerca de otro tema de trabajo. Le contesto. Mientras, espero bajo la marquesina de una parada de autobús a que me vengan a buscar. Llega una chica.

4)     Heather es la chica que acaba de llegar. Tiene acento estadounidense meridional. Le cuento lo de Alabama y me dice: “Yo soy de Alabama”. Yo le pregunto: “¿de dónde exactamente? Y ella contesta: “de una localidad cerca de Enterprise”. Un escalofrío recorre mi espalda. Heather y yo nos hacemos una foto de recuerdo porque una cosa así no pasa todo los miércoles. Le pido permiso para contarlo en Twitter y me dice que sí. Nos hacemos una foto con mi blackberry para acompañar el twitt. Llega uno de los organizadores a buscarme y me despido de Heather. Heather es esta chica:
http://hlsphoto.com/                 

5)     Pongo la Blackberry en silencio total, doy la charla, saludo a los tops académicos y empresariales que han tenido la amabilidad de ir, me llevo un sustito, que supero casi inmediatamente, con la lista de llamadas y mensajes con los que se ha llenado la black en apenas una hora, me entrevistan en una tele local y finalmente me entrevista Sara Sánchez Cortijo, del diario El Sol. Uno de los mensajes de la black es de nuevo de Juan Quesada. Le envío un mail de respuesta.



6)     Termina el sarao académico y me llevan al centro de Málaga. Tengo casi tres horas para preparar otra charla que tengo que dar por la tarde en el instituto Jesús Marín. Repaso los papeles y veo la foto que me hice con Heather: ¡había salido faltal! (bueno, ejem, YO había salido fatal). Procuro olvidarme del fastidio y me dirijo hacia un sitio chulo donde tomarme un ristretto de café. ¿con quién me encuentro? ¡Con Heather!Toma ya. Nos hacemos otra foto que parece estar más o menos bien. Recibo un nuevo mensaje de Juan que me informa que ya tenemos una fecha confirmada para un seminario de Comunicación Persuasiva. Qué bien. Me voy al instituto a dar la charla.

7)      La charla del instituto se convierte en una sesión maravillosa: esas veces en las que el público (esta vez adolescentes) conecta contigo y tú con ellos al 101%. La charla va del espíritu emprendedor y la creación de autoempleo y me acompaña Jorge Molinero, economista, máster en dirección de empresas y… aventurero, quien ha creado una empresa de viajes de aventura con una inversión mínima y por lo tanto, absolutamente ejemplar (http://aventurayfotografia.com/ ) al terminar, nos despedimos, pillo otro taxi y me voy al AVE.

8)     En el coche 4, asiento 4C, me dejo caer pensando en los acontecimientos y casualidades del  día (Heather, las charlas, Juan…). Una voz interrumpe mis ensoñaciones: “hola, Jose. ¿Qué tal?”. Levanto la cabeza. ¿Quién era el que me hablaba? ¡Juan Quesada! ¡¡Él habia ido ese día de negocios a Málaga y habíamos viajado ida y vuelta en el mismo tren intercambiándonos SMSs!! ¡¡Pero lo más fuerte era que, a la vuelta, mientras yo tenía el asiento 4c, él tenía el 5C!!

Todavía me pregunto por qué no he comprado lotería ese día.