Doy un charla en la Universidad Pedro de Olavide en un mano a mano con el torero Eduardo Dávila Miura, quien demuestra de forma convincente en su amena intervención que el autoempleo de éxito está directamente vinculado con la vocación: “si te gusta lo que haces, tendrás éxito”… y si no te gusta, en el mejor de los casos, conseguirás ir tirando, y eso como mucho.
Muchas de las personas jóvenes que se desesperan porque no encuentran trabajo están sometidas en gran medida a una carencia de autoestima. Un “es difícil encontrar trabajo” pronto te convertirá en un “es imposible” para evolucionar a la primera persona: “es imposible que YO encuentre trabajo” y concluir en “no sirvo”, “no me aceptan”, etcétera.
Esas personas deben pensar: si fueses tú el empleador, ¿qué tipo de persona te gustaría contratar? O bien: ¿podría yo mismo llegar a ser el empleador, tal vez con un único empleado, a saber, Yo mismo? Esas dos reflexiones no suelen hacerse casi nunca. La gente se pone en la cola y eso es todo; envían CVs a tontas y a locas, a empresas de todo tipo, Son miles y miles de CVs día a día, la mayor parte de ellos “archivados” en la papelera. Casi nadie prepara concienzudamente una entrevista de trabajo, no se toman la molestia de consultar revistas del sector de actividad de la empresa con la que se van a entrevistar, incluso ni echan un vistazo a la web de la empresa en la que supuestamente quieren entrar. Están diciendo: “me da igual la empresa que sea, yo sólo quiero un sueldo”. Y eso no es un buen comienzo. Ni para los unos ni para los otros.
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